Johnny Herrera abrió su corazón y compartió las emociones que sentía a fines del año pasado antes de partir de Universidad de Chile, semanas en que el arquero debió ver desde la banca la lucha de la U por la permanencia en Primera A. El 25 no entraba en el once de Alfredo Arias.

 

“Un momento duro fue la etapa final cuando estábamos últimos en la tabla y no me ponían, no me hacían jugar. Estar atado de manos sin poder ayudar a tus compañeros… y no era que yo sabía lo que pesaba, mis mismos compañeros y los hinchas me lo decían”, dijo Herrera al programa Siempre Pasa Algo.

Incluso psicológicamente el arquero se vio afectado literlamente hasta los nervios: “era una desesperación, me subía la presión y tenía que tomar paracetamol porque me dolía la cabeza, se me desfiguraba la cara. Tenía que tener una gran contención, porque era difícil  de absorber”, cuenta.

Sentencia que “lo pase mal sin jugar, y no era porque el otro arquero estuviera mal o bien, era porque nos estábamos yendo al descenso, una de las catástrofes más grandes para la historia de la U y yo no quería eso”.