El 23 de diciembre de 2013, Carlos Heller hizo anuncios como nuevo presidente de Azul Azul, luego del exitoso paso de Federico Valdés y José Yuraszeck.

"Adelanto lo que prometí, que cuando yo asuma, durante mi mandato, la U va a tener su estadio propio y en ese mismo estadio daremos la vuelta olímpica, consiguiendo el título de la Copa Libertadores", dijo esa tarde en que precisamente, los azules clasificaban a la Copa.

 

 

Pero la máxima se convirtió en martirio. Desde que el empresario asumió la presidencia de Azul Azul, no hay estadio ni triunfos internacionales. La U nunca avanzó una ronda siquiera en Copa Libertadores.

No venía bien de antes. En 2014 pasó la fase preliminar y fue tercero por diferencia de gol en el grupo de Cruzeiro, Defensor Sporting y Real Garcilaso. Pero lo posterior es paupérrimo.

En 2015, la U fue última del grupo integrado por Internacional, Emelec y The Strongest. Un año más tarde, el equipo fue eliminado en la previa ante River Plate de Uruguay. En 2017 también fue retiro prematuro ante Corinthians.

 

En 2018 la historia lo pone último tras una grosera goleada ante Cruzeiro. Racing y Vasco da Gama completaban el grupo. Y el broche de oro, en 2019, la eliminación con Melgar por la segunda ronda eliminatoria.

Es decir, la mochila de Heller pesa cada día más a nivel internacional, un escenario en que él mismo prometió la gloria más alta del continente.