Ángelo Henríquez paró la fiesta que se vivía en el Estadio Monumental con un auténtico golazo que cayó como balde de agua fría, al minuto 76, justo cuando todos aplaudían a Esteban Paredes cuando era sustituido.
El delantero tocó uno de sus primeros balones en el partido y la mandó a guardar con un zapatazo.
Ángelo Henríquez paró la fiesta que se vivía en el Estadio Monumental con un auténtico golazo que cayó como balde de agua fría, al minuto 76, justo cuando todos aplaudían a Esteban Paredes cuando era sustituido.