Aunque el presidente de Azul Azul, José Luis Navarrete, se disculpó personalmente con los comisarios del partido que Universidad de Chile e Inter de Porto Alegre empataron este martes en el Estadio Nacional; las manifestaciones violentas auguran sanciones drásticas.

Un grupo de hinchas agredió a los guardias de seguridad y buscó la invasión del campo de juego. Luego se produjo la quema de una caseta y de material inflamable, cuando aún no terminaba el partido por la Fase 2 de la Copa Libertadores.

 

Las sanciones son claras. Una multa con advertencia, la prohibición de jugar con público o la pérdida definitiva de la localía, opciones que analizará la Conmebol a la luz de los informes que se presenten por la violenta jornada.

A esto se agrega lo que digan las autoridades chilenas. Por lo pronto, el jefe de Estadio Seguro Cristóbal Lladser, adelantó a El Mercurio que "evaluamos cerrar la Galería Sur, porque no es primera vez que suceden incidentes ahí".

El sector es el que ocupa preferentemente al barra azul y su cierre produciría una fuerte disminución en el aforo, que ayer ya fue reducido junto con el adelantamiento de la hora del partido, medidas que no fueron suficientes para evitar el triste final en Ñuñoa.