Alfredo Arias se encuentra, por ahora, en uno de los peores momentos de crisis que recuerde en su carrera de entrenador. Encontró a una Universidad de Chile a la que no ha podido reconducir, con la que aún no puede ganar y que en las últimas dos fechas le empataron partidos en el último minuto. 

¿Mala suerte? Eso se lo preguntaron recién. "Las malas energías existen desde que existe el mundo. El poder se los da quien quiere. Yo le doy poder a quien yo quiero. Yo quiero rodearme de bendiciones y buenas energías para nuestros hijos, nuestra familia, nuestro trabajo. Entonces le das poder a eso y a tu trabajo. No tenés fuerza para defender tu casa, tu familia, tu trabajo. Creo que tengo las fuerzas suficientes para este cargo. Tengo las ganas de mejorar lo futbolístico para que el equipo gane. El tiempo es el único juez y verá si seguimos capaces", fue parte del extenso análisis "energético" del entrenador. 

Además, achacó buena parte de la crisis de resultados a la ausencia de la afición local en los partidos de la U. "Esas son buenas energías que nos restan al no tenerlos en tribuna. Esa barra alentó a sus equipos, siempre. Es algo que se sabía desde antes y que lamentablemente ahora no los podemos tener".

La exposición fue tan extensa, que acto seguido llegó una pregunta sobre posibles refuerzos, a lo que Arias contestó casi resignado: "No puedo pensar siquiera en refuerzos, solo puedo pensar el domingo que viene. No me da la situación para pensar más allá que salir de este lío en el que estamos metidos", concluyó.