Por momentos, la demora se hace insoportable. El fútbol chileno ha dado pruebas de la mala utilización del reloj y el tiempo de juego efectivo no supera los 50 minutos en el Campeonato Nacional, mientras en competencias de elite como la Champions League el balón está en movimiento más de 60 minutos por partido.

¿En qué se pierde tanto tiempo? Hay varias razones, pero una de las fundamentales es la que expone el último informe del CIES Football Observatory, sobre el tiempo de pausa que se cronometra después de cada falta sancionada, en 38 ligas del mundo.

En este caso, hay dos componentes. La cantidad de infracciones sancionadas y el tiempo que se tarda en reanudar la acción, lo que genera pérdidas de tiempo superiores a los 15 minutos por partido en ligas como la chilena (15 minutos y 22 segundos como promedio).

El Campeonato Nacional chileno está en el octavo lugar de tiempo desperdiciado, en un ránking que lideran las primeras divisiones de México (16:27), Colombia (16:07) y Portugal (16:06), y que considera las ligas de 2021 y 2022 en Sudamérica, y 2021/22 en Europa y Norteamérica.

 

Pero acá está el aspecto más inquietante. El estudio asegura que en el fútbol chileno el juego se reanuda en promedio 37,7 segundos después de que se pite cada falta, lo que representa el segundo lugar del universo consultado, sólo superado por la Primera A de Colombia.

En otras palabras, los jugadores del fútbol nacional se quedan más tiempo en el suelo o reclamando al árbitro después de una infracción sancionada, o bien cavilan más a la hora de reponer el balón en un tiro libre.

¿En cuánto tiempo se reanuda el juego después de cada falta?
Lugar/Liga País Segundos
1 Primera A COL 38,3
2 Camp. Nacional CHI 37,7
3 Liga MX MÉX 37,5
4 Championship ING 34,0
5 Segunda División ESP 33,8
5 Premier League ING 33,8
7 Liga 2 FRA 32,9
8 Liga 1 FRA 32,3
8 Súper Liga TUR 32,3
10 1. División CHP 32,2

* Championship League ** Segunda División

La buena noticia es que en Chile se cobran 24,4 faltas por partido, lo que representa un número bajo la media del estudio y lejos, por ejemplo, del Brasileirao (29,9) y la Liga Profesional Argentina (29,0).

Todos aspectos claves para estudiar en pos del desarrollo del fútbol chileno y de que se acerque a los estándares del primer mundo futbolístico, una realidad que parece alejarse cada vez más y que conduce al aislamiento del futbolista nacional en una competencia local de menor exigencia.